Hoy le voy a hablar de una serie de técnicas que seguramente ya esté utilizando en su día a día y que tienen como base principal las acciones en tiempo real y la agilidad para hacer cambios de manera instantánea. Y todo ello centrado en mejorar la eficiencia y rendimiento de su departamento de Marketing y Ventas de forma sostenible. Suena interesante, ¿no?

Esta metodología, englobada bajo el término Lean Marketing, se basa principalmente en tres pilares básicos:

  • Un marketing en tiempo real, que permite adaptar los mensajes publicitarios a los eventos o noticias que están sucediendo en cada momento.
  • Un marketing analítico, que ayuda a saber qué está funcionando y qué no.
  • Un marketing de prueba y error rápido, en pequeños ciclos, que reduce costes y aumenta la efectividad de las acciones.

Su filosofía se basa en el archiconocido por todos Lean Manufacturing introducido por Toyota, un modelo de gestión basado en rentabilizar los costes, conseguir la máxima calidad a la primera, eliminar el despilfarro y conseguir una mejora continua de la calidad y la productividad, siendo flexibles y estando abiertos al cambio.

En el libro Lean Marketing, escrito por Ade Asefeso MCIPS MBA, se recogen los 6 pasos fundamentales en un proceso de Lean Marketing:

  1. Crear un “mapa de la cadena de valor”, es decir, una panorámica del estado actual y dónde queremos llegar, basándonos en el marketing flow (o marketing bidireccional producto de las nuevas tecnologías, donde el mensaje no llega solo al receptor, sino que interactúa con él y se adapta a sus actividades en cualquier lugar y momento).
  2. Analizar cada proceso y preguntarse por qué se hace, qué valor le aporta al consumidor y cómo se puede eliminar cualquier acción que sea residual.
  3. Hacer un mapa más simplificado de los procesos e identificar las limitaciones para tratar de neutralizarlas.
  4. Implementar y testar el nuevo mapa utilizando ciclos: hacer, chequear y actuar.
  5. Simplificar el comentado anteriormente marketing flow:
  • Eliminar las acciones residuales que no son de gran valor para el consumidor.
  • Crear un cuadro de mandos que recoja mediciones sobre el progreso diario, semanal, mensual y anual.
  • Evaluar el ROI (retorno sobre la inversión) en la cadena de valor y la distribución de recursos.
  1. Crear el mapa de cadena de valor para el futuro. Valorar el feedback y las métricas visuales que muestran el programa de mejora continuada de la compañía.

En definitiva y, traducido a un lenguaje más entendible, en Lean Marketing lo que se trata es de escuchar, probar, testar, fracasar y corregir y, con todo ello, ofrecer lo mejor al consumidor para que no tenga opción para rechazar nuestro producto o servicio. Y, sobre todo, eliminar las principales “fuentes de desperdicio” como costes de conversión excesivos, mucha prueba y error, procesos complicados que se solapan entre sí, o demasiadas acciones, por citar tan solo unos ejemplos.

El cliente, tanto interno como externo, se convierte en el centro y todo gira entorno a la experiencia que queremos que tenga con nosotros, con la empresa. Quizá haya llegado la hora de crear valor y minimizar residuos a través de comunicaciones de marketing integradas, medir el éxito a través de la inteligencia de negocios procesable y, sobre todo, construir una cultura de mejora continua a través de relaciones a largo plazo y mutuamente beneficiosas.

Y su empresa, ¿se deja seducir por el Lean Marketing?