De una forma muy simplificada, podríamos distinguir principalmente dos tipos de habilidades personales para triunfar en lo profesional: las hard skills y las soft skills. ¿Te suenan?

Seguro que sí, no solo porque son términos que se han puesto de moda en los últimos años, sino porque existen ya numerosos estudios e investigaciones contrastadas sobre el impacto real de las habilidades duras (hard) y blandas (soft) en el ámbito empresarial. De hecho, las compañías han empezado a valorarlas más, hasta el punto de afectar a los departamentos de recursos humanos, que han llegado a cambiar sus prioridades en cuanto a captar y “conservar” los talentos en la empresa. Los responsables de selección ya no se limitan a examinar únicamente el CV ante una posible contratación de personal, como ocurría hace muchos años, sino que valoran otros aspectos como la capacidad de los candidatos para interactuar de manera efectiva y armoniosa con otras personas, por citar algún ejemplo.

Según pone de manifiesto un estudio de LinkedIn, el 57% de los directivos de las organizaciones considera que las llamadas soft skills (o aptitudes de carácter personal) son más importantes que las hard skills (las aptitudes más técnicas).

Pero esto no es todo. El 94% de los expertos en procesos de selección de personal está de acuerdo en que un empleado con buenas habilidades blandas tiene más oportunidades de ser ascendido a puestos de liderazgo que otro trabajador con más experiencia y capacidades técnicas, pero con habilidades personales menos desarrolladas, según revela el estudio de 2017 The Soft SkillsJob Seekers Need Now, elaborado por iCIMS Hiring Insights.

En el ámbito de los conferenciantes, las hard skills tienen que ver con la técnica de oratoria, con la práctica, con el conocimiento que se domina, entre otras. Las soft skills, sin embargo, están relacionadas con algo más personal y son imprescindibles para brillar en el escenario.

Soft skills: ingredientes clave para ser un orador de éxito

Es evidente que un buen speaker necesita dominar técnicas de oratoria y estar a la última en los temas de los que es especialista. Obvio, ¿Verdad? Sin embargo, ya no se trata solo de tener un buen mensaje que transmitir y comunicarlo, sino de algo más: de llegar al público, de conectar, de emocionar, de ocasionar ese clic, de inspirar a otros, de despertarles algo.

Emocionante, ¿no? Ahí es donde entran en juego las habilidades blandas de un conferenciante.

Veamos cuáles son estas habilidades clave para triunfar frente a tu audiencia:

#1 Practica tu empatía con los demás

Palabra clave en la interacción con personas. Un orador necesita tener la habilidad de sentir como siente su audiencia y vivir como vive su audiencia. ¿Cómo si no va a comunicar un mensaje que de verdad llegue?

Sin embargo, no todos saben cómo funciona un cerebro empático, sentirse cercano a la gente o llegar a conmover auténticamente a los asistentes de una charla para que se sientan comprendidos y conectados.

Por esto es tan importante primero conocer bien los problemas y anhelos del público, entender cuál es su situación y ser capaz de ponerse en su lugar. Mario Alonso Puig es una referencia en esto y te recomiendo que veas sus charlas para practicar esta competencia fascinante que es la empatía. Porque al contrario de lo que mucha gente piensa, no nacemos siendo empáticos.

#2 Ponle pasión a lo que haces

Hay una gran diferencia entre limitarse a contar una historia a los asistentes de un evento, a conseguir realmente inspirarles, incitarles a la acción e impactarles de manera que “despierten”, reaccionen o hagan que algo nuevo suceda. En definitiva, ¡hacerles vivir una experiencia sin moverse de la silla!

Esta diferencia se llama pasión y es un ingrediente imprescindible para ser un buen conferenciante. Pasión es lo que convierte la vida en algo digno de ser vivido. Y es justo lo que Quico Taronjí, aventurero, periodista, speaker, creador de formatos audiovisuales, escritor y uno de nuestros presentadores de TV más queridos,  transmite en sus charlas.

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Él es un fantástico referente para ejemplificar este aspecto. Cuando le vemos en el escenario, sus palabras aparecen siempre conectadas a su corazón y no tiene reparos en desnudar su alma para contar sus propias experiencias. Quico ama profundamente lo que hace y explica en sus ponencias, que se enmarcan en el ámbito de la motivación, la superación, el liderazgo y el capital humano, todo aquello que le impulsa a emprender sus aventuras y tomar lo que éstas le regalan. ¿Su objetivo? Ayudar a los demás a desarrollar sus capacidades y a liderar sus proyectos.

Amar lo que haces, tener vocación en tu proyecto y, además, querer compartirlo con el mundo, puede sin lugar a dudas, marcar la diferencia. Porque no es lo mismo que tu trabajo sea una obligación a que sea un disfrute, una filosofía de vida, una actividad que te complace realizar y en la que encuentras satisfacción y plenitud personal. Es francamente difícil triunfar con algo que no te apasione y en lo que tan solo dediques tiempo esperando obtener resultados económicos. De ahí que sea importante desapegarse de los resultados.

#3 Transmite autenticidad

El público está saturado de información y contenidos. En marketing hablamos del término “infoxicado” para referirnos a esto. De ahí que la comunicación haya cambiado tanto en estos últimos años.

Como comentaba anteriormente, ahora no se trata solo de transmitir un mensaje, sino de tocarle la fibra al que está al otro lado. La conexión se convierte, de este modo, en un ingrediente clave. Ésta solo se produce cuando la autenticidad del orador conecta con la autenticidad del oyente. ¿La receta? Ser la mejor versión de uno mismo.

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¿Quieres ver a alguien verdaderamente auténtico para inspirarte? Pásate por el blog de Miguel Angel Tobías, otro de nuestros mejores conferenciantes inspiracionales, y echa un ojo. Te recomiendo que te detengas en una de las charlas que más emoción e impacto han tenido: La vida está al otro lado del miedo.

#4 Muestra tu humildad al público

Sí, esto está muy bien para tener en cuenta, pero, ¿eres realmente humilde? Ser un conferenciante humilde implica mostrarte humano, cercano, reconocer que siempre tienes algo que aprender, que habrá gente que no conecte contigo y que estar subido a un escenario no te hace superior a tu audiencia. Excelencia sí, pero ¡pies en la tierra!

#5 Genera confianza en tu audiencia

La confianza se siente, se ve y se percibe. Trasladar un mensaje e impactar a una audiencia es un reto para un orador y no puede conseguirse sin este ingrediente clave. Confía en ti, en lo que tienes que contar, en lo que sabes y en quién eres. Aquí tienes algunos truquillos para recordar qué puedes hacer para sentirse seguro en el escenario.

#6 Trabaja la gestión del tiempo

Esta es una de las habilidades más importantes que debes dominar, unido a la capacidad de síntesis y de argumentación. Ser un apasionado de tu tema y confiar en la importancia de tu mensaje no te convierten en un orador estrella si no sabes gestionar el tiempo del que dispones para comunicar las diferentes partes de tu discurso antes de que las agujas del reloj te echen del escenario.

Por tanto, otro ingrediente clave para la receta del éxito: calcula bien los minutos de tu presentación, ensaya mucho delante de un espejo y ¡no te pases de hora hablando! Recuerda, ¡Menos es más!

#7 Difunde coherencia en tu mensaje

Hay un refrán muy popular que dice “haz lo que digo, pero no lo que hago”. Lo conocéis, ¿verdad?. Bien, puede que esto no tenga nada que ver contigo…¿o sí? Tómate en serio la difusión de tu mensaje. Para ser un gran conferenciante es muy importante que seas coherente no solo con lo que predicas, sino también con tus verdaderos valores y con lo que realmente sientes.

Esto, que tiene que ver con tu integridad personal, influye directamente en tu propia autoimagen y autoconfianza y te convierte en una persona sólida, consistente y, por tanto, con autoridad moral para hablar.

¿Te habías planteado alguna vez si eres una persona coherente? En este artículo, Daniel Colombo nos habla sobre el tema con detenimiento y nos detalla cómo la coherencia es una cualidad que puedes desarrollar tomando pequeñas acciones diariamente.

#8 No te olvides del aprendizaje continuo

Parece bastante evidente, pero nunca está de más mencionar que los buenos conferenciantes saben escuchar, son críticos constructivos e incorporan constantemente nuevos aprendizajes en función del feedback que reciben de su público. ¡Son como universidades ambulantes!

Esta es precisamente una de las máximas de Héctor Robles, reconocido experto en innovación, estrategia y transformación organizacional: “ayudar a las empresas y a las personas a crecer a través de la innovación”. De ahí que sus conferencias incorporen continuamente nuevas anécdotas personales y nuevos “tips” basados en su propia experiencia. A mí particularmente me gusta mucho cómo resume estos aprendizajes en sus PIR (Píldoras de Innovación), porque no dejan indiferente a nadie y siempre te hacen reflexionar.

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Héctor cree firmemente en las empresas como motor de cambio de la sociedad y en 2010 creó el movimiento Honest Strategy, que pretende impulsar la transformación  hacia empresas con un propósito centrado en los usuarios, la autenticidad y el liderazgo innovador, que son los tres principios que se desarrollan en el manifiesto de esta iniciativa.

#9 Busca la innovación y la capacidad de sorprender

Tener un guión preparado resulta muy útil, pero ¿por qué no sorprender mostrando un vídeo, por ejemplo? ¿O por qué no hacer participar a la audiencia en alguna actividad como bailar o una breve meditación? Pilar Jericó y Javier Irondo son dos oradores que me inspiran mucho porque sorprenden en el escenario y ofrecen a los asistentes siempre algo nuevo, inesperado, que les dejará huella o, como mínimo, hará que estén más receptivos, atentos e implicados en el evento.

Como ves, brillar en el escenario no es solo cuestión de técnicas de oratoria y preparar bien un discurso. La clave, como siempre, está en el equilibrio: trabajar tanto tus habilidades duras como las blandas te convertirán en un conferenciante exitoso. Puedes hacer este test para comprobar cómo de preparado estás para hablar en público.

¿Cuáles de estas habilidades forman parte ya de ti? ¿Cuáles te gustaría empezar a potenciar? ¿A qué esperas para ponerte en marcha?