Bienvenidos a la era digital, a la del consumidor exigente, omnipresente y bien informado, que se mueve por todos los canales y maneja cualquier dispositivo, que no dispone de tiempo que perder y, menos, en experiencias anodinas y aburridas.

En este nuevo escenario, navega en un mar de información, de productos y servicios disponibles, un ecosistema multicanal muy complejo lleno de oportunidades y elecciones que hacer, y en el que dispone de un sistema de megafonía (las redes sociales) para hacer llegar su voz al mundo entero en décimas de segundo, para crear o destruir una marca a golpe de clic. Añadamos a esto que el 85 % de nuestras decisiones de compra se «cocinan» en el subconsciente y muchas de ellas están influidas por experiencias… todo un retrato de un mundo volátil, complicado e incierto al que debe enfrentarse el director de Marketing en estos tiempos.

Preguntados más de 1.700 CMO (Chief Marketing Officer) en el «Global Chief Marketing Officer Study», el primer estudio de CMOs de IBM, el 79% creen que el nivel de complejidad en los próximos cinco años será alto o muy alto, y tan solo el 48% se siente preparado para afrontarlo. Como principales retos señalan la explosión de datos, las redes sociales, la proliferación de canales y dispositivos y los cambios demográficos en los consumidores. Este mundo interconectado genera grandes oportunidades, pero también necesita de nuevos mecanismos de control y supervisión de lo que se habla de las marcas en las redes sociales, blogs o webs. Además genera infinidad de datos que pueden ser analizados, pero que para ello necesita herramientas específicas y personal cualificado que sepa interpretarlos y tomar decisiones de negocio basadas en ellos. Por ello, innovar y estar a la última en tecnología será una de las claves de los departamentos de marketing. Con estos nuevos datos se pueden identificar comportamientos y cómo funciona el ciclo de decisión del consumidor, pudiendo así anticiparse y diseñar estrategias para alcanzar los objetivos deseados.

La mayoría de los CMOs preguntados recogen tres áreas estratégicas que serán claves para conseguir el éxito en esta nueva era:

1. Se debe conocer y ofrecer valor a los clientes exigentes. El centro ya no es la marca ni el producto, sino el consumidor, que a su vez reclama experiencias relevantes, lo que algunos denominan el factor «R«.

2. Crear relaciones duraderas con esos clientes, aprovechando los canales digitales para generar conversación, crear comunidades para reforzar la marca y participar con ellos en todo su ciclo de vida.

3. Medir la contribución del marketing al negocio en términos relevantes y cuantificables para mejorar la credibilidad y la efectividad de la función de marketing. El ROI se convertirá así en la métrica más importante y, para medirlo utilizarán analíticas avanzadas, por lo que se requerirá la ampliación de las capacidades digitales, analíticas y financieras de los empleados, incluido el CMO, que tendrá que invertir en mejorar su conocimiento.

Ingeniería de la experiencia, tecnología, analítica, capacidad multidisciplinar y resultados comerciales capitanearán los departamentos de marketing en esta era. ¿Cuenta su empresa con los recursos y herramientas tecnológicas adecuadas para alcanzar este nuevo desafío? ¿Estarán preparados todos los CMO para afrontar este cambio de paradigma? ¿Será verdad que los CMOs se convertirán en el futuro próximo en los nuevos CRO (Chief Revenue Officers)?