Corren tiempos de «modernidad líquida», si atendemos al concepto acuñado por el filósofo polaco Zygmunt Bauman. El cambio de identidad es constante, tanto en personas como en la sociedad en conjunto, y en sus diferentes elementos. Según el momento, el «envase» que contenga la sustancia, así el líquido elemento se transforma y adapta. Las empresas también viven en permanente evolución, evitando el desfase, el anclaje a estructuras del pasado. En la actualidad se enfrentan a una verdadera transformación, la digital, que incluye cambios estructurales y en los procesos de gestión. Pero, ¿cómo iniciar esta aventura? ¿estás preparado? ¿sabes por dónde empezar? Aquí te explico un breve listado de los pasos a tener en cuenta:

  1. Identificar y entender los nuevos valores de la empresa 2.0: colaboración, innovación, conocimiento, transparencia y creatividad, entre otros.
  2. Ser conscientes de que el cambio afectará a todos los ámbitos de la empresa y no solo a un área, por lo que deberá ser un proyecto apoyado por el del comité ejecutivo, que deberá integrarlo en la estrategia, misión, visión y objetivos de la compañía.
  3. Desarrollar un plan integral que aglutine todos los aspectos a desarrollar: estrategia unificada, implementación y recursos técnicos y económicos que asignaremos al proyecto. Será preciso detallar exhaustivamente posibles negocios, soluciones, procesos, productos o servicios a digitalizar.
  4. Definir las barreras y resistencias que nos encontraremos para la implantación del modelo digital: la falta de sentido de urgencia para el cambio, ausencia de entendimiento de beneficios a corto plazo, justificación de la inversión, falta de financiación, inexistencia de una hoja de ruta clara sobre los pasos a dar, identificación de personas de apoyo en el proceso, limitación de los propios sistemas de información y percepción de costes económicos, técnicos, humanos y organizativos, entre otros, son tan sólo algunos de los típicos ejemplos que posiblemente nos podemos encontrar.
  5. Reconocer y ayudar a comprender a todos los empleados de que la forma de comunicación tanto interna (entre empleados), como externa (con el cliente y el mercado en general) ha cambiado. Internamente, el diálogo se puede desarrollar a través de plataformas de comunicación entre los diferentes departamentos que faciliten el trasvase de ideas, información y conocimiento. Con el cliente, las redes sociales ofrecen la oportunidad de escuchar de manera activa sus necesidades y de compartir experiencias y emociones.
  6. Se producirá un fenómeno de digitalización social, los roles profesionales cambiarán y se harán indispensables los «socialnetworkers», que utilizan la red social para optimizar su trabajo, compartir el conocimiento, encontrar nuevas oportunidades de negocio, clientes, proveedores… Las competencias digitales de los directivos ya son serán una oportunidad, sino una necesidad.
  7. Determinar, ejecutar y hacer un riguroso seguimiento de los proyectos clave: desarrollar una buena estrategia CRM y de atención al cliente; crear u optimizar la página web, blog y los canales digitales; definir un plan de social media y una estrategia de contenidos; diseñar un plan de marketing online e Inbound marketing; elaborar un plan de gestión multicanal; identificación de los KPI y análisis.

En este camino encontraremos dificultades e incertidumbres, pero habrá que tener presente que cualquier intento de no incorporar los nuevos modelos digitales de negocio y no entender cómo pueden contribuir a ahorrar costes, lograr experiencias de clientes más satisfactorias, identificar nuevas oportunidades de negocio, ser más eficientes y modernizar la empresa, podría constituir un verdadero suicidio empresarial. Un caso de supervivencia en estado puro.