Mira que soy una apasionada del mundo digital y los nuevos canales. Pero debo reconocer que, a veces, acabo saturándome y cansándome de tanta información que “me persigue” por todos los canales.

Te voy a dar unas breves y sencillas pautas sobre cómo combatir la infoxicación en un internet que crece cada vez a mayor ritmo. Pero antes de nada, ¿sabes qué es?

Cómo detectar los síntomas de una persona infoxicada.

La infoxicación es el exceso de información para tomar una decisión o permanecer informado sobre un determinado tema. Puede decirse que, en parte, se debe a la proliferación y cada vez mayor uso de las redes sociales y el acceso a internet para consultar casi cualquier cosa desde el ordenador, Smartphone, Tablet o dispositivo inteligente.

¿Estás siempre “on” y en tu entorno te dicen que apagues el móvil de una vez? ¿Te acuestas conectado y lo último que miras antes de dormir es tu correo? ¿Te levantas y visitas las redes sociales antes de ir al baño? ¿Cuándo te despiertas ya tienes cientos de mails, mensajes, etc a los que no puedes dedicarles tiempo? ¿Tienes la sensación de que no puedes centrarte en nada, que saltas de una cosa a otra y que no puedes focalizarte o profundizar en nada? ¿Sólo te comunicas mediante WhatsApp, sms o correos electrónicos? ¿Pareces una «luciérnaga» y en la cama tu cara siempre está iluminada por la luz de algún tipo de pantalla?

Recuerda. Demasiada información limita nuestra capacidad para comprender.

Uno de los mayores expertos en tecnología de Estados Unidos, Daniel Sieberg, acuñó ya hace años el término de «obesidad digital», para hacer referencia a aquellas personas con falta de actividad y problemas de salud por el uso en exceso de la tecnología. Y es que el excesivo consumo de contenidos y relaciones digitales pueden afectar a nuestra vida privada y nuestro rendimiento profesional. Otros expertos lo han llegado a denominar el «Working interruptus», el resultado de un mundo en donde se prima la exhaustividad («todo sobre») frente a la relevancia («lo más importante»).

Pero este fenómeno no es sólo propio en el ámbito profesional. Lo preocupante es que nos afecta, y de una forma creciente, a la faceta personal, siendo muy pocas personas las que se libran, aunque con diferente intensidad.

¿Sabías que cada dos días generamos tanta información en internet como hasta el año 2003?

¿Quién no ha entrado en internet para consultar algo concreto suponiendo que le llevaría unos minutos y ha estado incluso horas, diluyéndose entre tantos blogs, videos, documentación, etc, que en algunos casos han resultado ser incluso noticias contradictorias, confusas  o poco creíbles? ¿O simplemente estar leyendo algo y sentirse bombardeo por anuncios intrusivos, publicidad por WhatsApp, anuncios que suenan solos, pop-ups imposibles de cerrar o cosas así?

Saturación mental, falta de concentración, ansiedad, menor productividad, falta de control personal, fatiga mental, agobio, desconcierto, ahogo o incluso parálisis derivado del volumen ingente de datos o informaciones son algunos de los síntomas de la infoxicación. Pero, ¿cómo hacerle frente? ¿Quiénes son los propensos?

Pues, curiosamente, los que quieren estar informados minuto a minuto, muchos de ellos obsesionados por saber de todo y estar actualizados. Pero…¡¡Eureka!! El leer todo lo que está a tu alcance no te hace estar más informado y ser más sabio. Se trata de recibir sólo la información “buena”, de calidad. Parece sencillo, ¿no?

Qué hacer si te afecta la infoxicación

 El internet de las cosas, entre otros, está contribuyendo a la infoxicación de los usuarios de internet. Ahora mismo hay cerca de 6.400 millones de objetos cotidianos conectados a internet, entre ordenadores, teléfonos, tablets, televisores, neveras y muchos otros; pero se espera que llegue a los 20.800 millones dentro de tan solo 3 años.

La cantidad de páginas web crece a ritmo vertiginoso, e incluso se han creado miles de nuevas extensiones de dominios para respaldar a los convencionales, como es el caso de .blog. Según fuentes como Muy Interesante y Netcraft, hemos superado con creces el millón de páginas alojadas en internet.

¿Sabes qué hacer con tantos lugares desde los que acceder a la información? ¿Eres capaz de recoger solo la información que necesitas en cada momento?

La solución es fácil, aunque no lo parezca. La clave está en filtrar (o “curar” como se dice ahora en la jerga marketiniana) la información, datos y contenidos de una forma automatizada y sistematizada, aprendiendo a identificar y detectar sólo los que son interesantes, útiles y, sobre todo, fiables.

Cura los contenidos para librarte de la infoxicación

Para “sanarte” de la infoxicación has de saber curar los contenidos, aprendiendo a valorar y diferenciar la calidad de los mismos antes que dejarte llevar por su cantidad, entre tanto ruido informativo.

Para hacer esto puedes utilizar, entre otras, herramientas específicas de curación de contenidos (Pearltrees, Parper.li, Scoop.it, Ready4social.com, Buffer.com),  agregadores de canales RSS (FeedlyThe Old Reader, Netvibes, NewsBlur) y plataformas de vigilancia e inteligencia competitiva como Intelligent Watcher, entre otras. De ahí obtendrás la información que necesitas.

Aparte, hay un creciente número de herramientas que se usan contra las avalanchas informativas que sufrimos cada día: rastreadores de información, servicios de supresión automática de ventanas emergentes (banners), herramientas anti-spam, etc.

Como todo en la vida, la curación de contenidos es bastante sencilla una vez que aprendes a realizarla y llevas un tiempo haciéndola. Busca la información usando los recursos a tu disposición, selecciona la información, recopílala de forma ordenada, dale sentido, aporta valor añadido, comparte esta información y valora los resultados.

Relajación, meditación para combatir la infoxicación

Para evitar caer en los molestos síntomas de la infoxicación, es muy saludable aprender técnicas de meditación y relajación y dedicarle unos minutos cada día.

A veces no hay nada mejor que parar y desconectar para volver estar conectado.

La mayoría de los problemas mencionados hasta ahora derivados de la sobreabundancia de la información (problemas con la concentración, el estrés etc.) conllevan el resultado de una clara falta de productividad (inversión de mucho tiempo para las tareas, realización de éstas con un nivel más bajo de calidad del que podríamos aportar, errores que habrían sido remediables, etc.).

Por ello, es recomendable hacer cada cierto una  «Dieta digital», que no es más que poder administrar eficientemente el tiempo en el que usamos los equipos digitales del mismo modo que una persona excedida en peso debe repartir la cantidad y calidad de alimentos que consume.

También es muy recomendable destinar algunos días de tus vacaciones o fines de semana a la absoluta desintoxicación tecnológica, ignorando por completo cualquier tipo de aparato y conexión, aprovechando para realizar actividades que abran tu mente y te relajen.

Y tú, ¿alguna vez has caído en la infoxicación y has logrado superarla?